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12-летняя Алина: «В школу я практически не ходила»
Seguimos contando las historias de niños de los orfanatos de Voronezh que necesitan el amor de sus padres y realmente quieren ser parte de la familia.
Periódico "¡MÍO!" Junto con la organización pública benéfica regional de Voronezh "Niños comunes", estamos implementando el proyecto social "¡Mamá, papá, estoy aquí!" Como parte del proyecto, con el apoyo del gobierno y el Ministerio de Protección Social de la región de Voronezh, se publicarán historias de niños que desean reunirse con sus familias.
Alina, 12 años. Papá murió y mamá fue privada de la patria potestad. La niña es muy activa, actúa en todos los eventos, canta y coreografía.
Estoy de nuevo dentro de los muros del orfanato de la calle Ostrogozhskaya. La primera en entrar fue Alina, una chica con un vestido con estampado de dibujos animados y dos divertidas coletas. Cuando aún era una bebé, la niña tenía una familia: padres y un hermano mayor. Luego su padre falleció y sólo quedaron ellos tres. El alcoholismo ha alejado a muchos padres de sus hijos. Se llevó a la persona más cercana a Alina: su madre.
A la edad de siete años, la niña pasó al primer grado. De hecho, hace mucho tiempo que no asisto a una clase.
“Casi no voy a la escuela porque nadie nos despertaba y nos despertábamos”. Mamá fue a trabajar por la noche y volvió a casa a cenar. Mi hermano y yo nos quedábamos en casa todo el tiempo. Él cocinaba y me alimentaba, y mi madre lavaba o limpiaba los platos.
Le pregunto cómo recuerda a su madre. Alina recuerda su conversación y cómo su madre intentó cuidar de ella y de su hermano. No tiene malos recuerdos, excepto que su madre accedió a enviarlos a un orfanato...
Ahora Alina se comunica con su hermano por SMS, pero estos mensajes son raros. Este fino hilo que conecta corazones amorosos podría romperse en cualquier momento, pero por ahora solo rompería el corazón de Alina.
Da miedo que la niña no recuerde su infancia. Solo fragmentariamente: cómo conoció a su abuela, que ya no está en el mundo, acudió a su madrina, pero con el tiempo dejó de comunicarse con Alina. Hasta los 6 o 7 años, sus recuerdos más vívidos eran los viajes al parque. Allí comí algodón de azúcar y fingí ser un gato, y mi madre se reía. Alina compartió su sueño. Quiero tener conversaciones genuinas con mi nueva familia y sentirme amado. Y ni siquiera necesitas algodón de azúcar...
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